Sentir tus manos en mi carne
pesadas y tibias como dos personas ahogadas
y no saber ni por qué respiro, ni si sí, ni si no
y tirarnos al abismo y a-ver-qué-pasa
Descubrir la electricidad de nuestro pelo en la piel
volar(te)
volar(me)
volar(nos)
Hacernos heridas
que solo duran días
y querernos más.
lunes, 30 de enero de 2012
Que no sea yo
Que no acabe siendo yo la negación de este paisaje
de estas manos
de este aire con arena
No vaya a ser yo la que está derecha en vez de chueca
ni la que esté prendiendo los cigarros con encendedor en vez de cerillos,
Que no sea yo la que cierre los oídos
que no sea yo la que cierre la voz
la que cierre los ojos y no vea el ano del mundo.
lunes, 23 de enero de 2012
Estoy enamorada de
Estoy enamorada de los dientes de leche y las pompas de jabón.
De mi casa del árbol y de los dentríficos sabor cereza.
Me detengo cuando los pienso y sonrío y salto.
¡Las campamochas! ¡Los avioncitos de papel!
Las guitarras pequeñas de madera de caoba,
los colchoncillos que se usan para la humedad
y cuando graniza desmedidamente.
Estoy enamorada de las excursiones,
las aventuras con amigos.
De las combis de colores
de mis dibujos con puertas.
Me enamoré una vez de un muchacho
ahora estoy enamorada de su ausencia y su salud.
De las películas de Dysney,
de mi casa en la montaña,
de cruzar los puentes colgantes
y cabalgar sin silla.
Me enamoré de hogares ajenos,
ahora solo espero el mío.
Estoy enamorada de la noche,
estoy enamorada del diablo y el color rojo.
Las desgracias, la juventud.
Estoy enamorada del aire fresco,
de gastar todo mi dinero en paletas y helado.
¡Me chupo los labios con mi lengua colorada!
Estoy enamorada de jugar a la mamá sin hijos,
a la iglesia siendo atea,
a que tengo más "chichis",
a que nome ymporta la hortográfia niloz asentos.
De la rebeldía estudiantil
y los amantes fugaces.
Estoy enamorada de la gente agradecida
y de la malagradecida.
Estoy enamoradísima de los cigarros de chocolate
y los panditas,
de los manteles con florecitas bien pequeñas,
y de aventar bolas de papel con saliva por un popote.
Estoy enamorada de dar puñetazos en las panzas aguadas,
y de las cosquillitas suaves en la espalda.
De tener más de 20 y poder admirar a las catarinas
y dar marometas torpes,
de caer y reir y luego llorar.
De rascarme la pompi cuando nadie me ve.
De mi casa del árbol y de los dentríficos sabor cereza.
Me detengo cuando los pienso y sonrío y salto.
¡Las campamochas! ¡Los avioncitos de papel!
Las guitarras pequeñas de madera de caoba,
los colchoncillos que se usan para la humedad
y cuando graniza desmedidamente.
Estoy enamorada de las excursiones,
las aventuras con amigos.
De las combis de colores
de mis dibujos con puertas.
Me enamoré una vez de un muchacho
ahora estoy enamorada de su ausencia y su salud.
De las películas de Dysney,
de mi casa en la montaña,
de cruzar los puentes colgantes
y cabalgar sin silla.
Me enamoré de hogares ajenos,
ahora solo espero el mío.
Estoy enamorada de la noche,
estoy enamorada del diablo y el color rojo.
Las desgracias, la juventud.
Estoy enamorada del aire fresco,
de gastar todo mi dinero en paletas y helado.
¡Me chupo los labios con mi lengua colorada!
Estoy enamorada de jugar a la mamá sin hijos,
a la iglesia siendo atea,
a que tengo más "chichis",
a que nome ymporta la hortográfia niloz asentos.
De la rebeldía estudiantil
y los amantes fugaces.
Estoy enamorada de la gente agradecida
y de la malagradecida.
Estoy enamoradísima de los cigarros de chocolate
y los panditas,
de los manteles con florecitas bien pequeñas,
y de aventar bolas de papel con saliva por un popote.
Estoy enamorada de dar puñetazos en las panzas aguadas,
y de las cosquillitas suaves en la espalda.
De tener más de 20 y poder admirar a las catarinas
y dar marometas torpes,
de caer y reir y luego llorar.
De rascarme la pompi cuando nadie me ve.
Natural
Saliste huyendo, fue lo mejor. Así pudimos hablar con más soltura. Confesiones. Experiencias. Preocupaciones. Quejas. Lo mejor, lo mejor entre nosotras fue compartir las imágenes del camino y las cosquillas de la música. Reunidas por el gusto de bailar descalzas. "Eso es todo", decías. Yo repito "Eso es todo".
Y me digo: Lo natural fluye, no se forza.
Y me digo: Lo natural fluye, no se forza.
Me pregunto
Me
pregunto
o me agarro a tí
o te llevo en mí
-irremediablemente-.
Las dos oportunidades a la vez,
juntas.
Las dos posibilidades juntas
y ninguna, juntas.
pregunto
o me agarro a tí
o te llevo en mí
-irremediablemente-.
Las dos oportunidades a la vez,
juntas.
Las dos posibilidades juntas
y ninguna, juntas.
martes, 17 de enero de 2012
viernes, 13 de enero de 2012
Aguacate fresco
Tanto café y cigarrillos junto con la nostalgia del fin de unas vacaciones inútiles la envolvieron, le dieron una oportunidad de escribir todo lo que no había escrito ese tiempo. Sentada en un café comercial que no merece ser nombrado, con música africana de fondo, no tuvo más remedio que pensar en las cosas no echas y en lo que aparecía en el fondo de la pintura de su vida. Su ordenador no funcionaba y las ideas estaban por escaparse, no llevaba su libreta donde anotaba ideas al azar y proyectos nunca realizados así que agarró las servilletas y las hojas de contra portada del libro que leía de-a-poquito cuando esperaba a alguien y comenzó a escribir.
Se le hizo imposible no escribir en tercera persona porque se sentía fuera de su cuerpo, como le gustaba y poco a poco se dejó de sentir pequeña y tomó la forma de una lechuza gigante observando a su alrededor dentro de ella misma. 360º. Al voltear la cabeza por octava vez se detuvo donde sabía que acabaría: en él. Una alarma de peligro salió disparada en esa imagen como un ratón siendo perseguido por un águila. El peligro de no volverse a encontrar o un poco peor, encontrarse irreconocibles y sin esas ganas de juntar los labios. Su inestabilidad mental la barrió por un momento y se esparció como polvo por el suelo.
Al parecer todo era diferente esta vez. Si pudiera ponerle forma en una imagen a lo que sucedía entre ellos seguramente habría puesto siluetas oscuras abrazándose y si pudiera ponerle un olor, sería una mezcla de cigarros, alcohol y aguacate fresco. Las palabras pararon y se callaron los dedos y el papel, sacó el humo atorado con un suspiro que venía desde la punta de sus pies, le dieron cosquillas. Nadó entre lagunas mentales de olvidos, salió a la superficie por primera vez y recordó cobijas y sillones pegados en su cuerpo desnudo, se hundió de nuevo viendo en azul puros labios, labios puros de besos indecisos y jugueteos de "no-querer", salió y respiró aire fresco, mordidas, barbillas, manos, carne, piedra, mordidas, ojos. ¿Y si el no quería volver a subir la montaña con ella? ¿y si todo lo que había sucedido lo habían visto ambos con lentes puestos? ¿Y si los lentes eran oscuros y con aumento? Las probabilidades eran tantas que decidió dejarlas a un lado y mejor pensar en el sabor de su café que ya se encontraba frío porque era mucho, al fin y al cabo los cálculos no eran lo suyo y el romance y la cursilería habían quedado un poco atrás desde su última relación amorosa o eso pensaba.
Así andaba ella, atrayendo y rechazando como un movimiento mecánico en su cabeza, disfrutando y quejándose como si tuviera que tomar decisiones. "Tranquila" se decía a sí misma, "al fin y al cabo acabaremos encontrándonos y reiremos de nuevo".
Decidió terminar de pensar en él, ¡cómo si fuera tan fácil! La elección de estar juntos cuando se pudo y de convertir dos salivas en una sola y de dejar que las canciones le dieran ritmo a las caricias y los besos, con eso bastaba.
La inspiración que me da y de la que aún no soy consciente. Volví a mi cuerpo.
Se le hizo imposible no escribir en tercera persona porque se sentía fuera de su cuerpo, como le gustaba y poco a poco se dejó de sentir pequeña y tomó la forma de una lechuza gigante observando a su alrededor dentro de ella misma. 360º. Al voltear la cabeza por octava vez se detuvo donde sabía que acabaría: en él. Una alarma de peligro salió disparada en esa imagen como un ratón siendo perseguido por un águila. El peligro de no volverse a encontrar o un poco peor, encontrarse irreconocibles y sin esas ganas de juntar los labios. Su inestabilidad mental la barrió por un momento y se esparció como polvo por el suelo.
Al parecer todo era diferente esta vez. Si pudiera ponerle forma en una imagen a lo que sucedía entre ellos seguramente habría puesto siluetas oscuras abrazándose y si pudiera ponerle un olor, sería una mezcla de cigarros, alcohol y aguacate fresco. Las palabras pararon y se callaron los dedos y el papel, sacó el humo atorado con un suspiro que venía desde la punta de sus pies, le dieron cosquillas. Nadó entre lagunas mentales de olvidos, salió a la superficie por primera vez y recordó cobijas y sillones pegados en su cuerpo desnudo, se hundió de nuevo viendo en azul puros labios, labios puros de besos indecisos y jugueteos de "no-querer", salió y respiró aire fresco, mordidas, barbillas, manos, carne, piedra, mordidas, ojos. ¿Y si el no quería volver a subir la montaña con ella? ¿y si todo lo que había sucedido lo habían visto ambos con lentes puestos? ¿Y si los lentes eran oscuros y con aumento? Las probabilidades eran tantas que decidió dejarlas a un lado y mejor pensar en el sabor de su café que ya se encontraba frío porque era mucho, al fin y al cabo los cálculos no eran lo suyo y el romance y la cursilería habían quedado un poco atrás desde su última relación amorosa o eso pensaba.
Así andaba ella, atrayendo y rechazando como un movimiento mecánico en su cabeza, disfrutando y quejándose como si tuviera que tomar decisiones. "Tranquila" se decía a sí misma, "al fin y al cabo acabaremos encontrándonos y reiremos de nuevo".
Decidió terminar de pensar en él, ¡cómo si fuera tan fácil! La elección de estar juntos cuando se pudo y de convertir dos salivas en una sola y de dejar que las canciones le dieran ritmo a las caricias y los besos, con eso bastaba.
La inspiración que me da y de la que aún no soy consciente. Volví a mi cuerpo.
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