Estoy enamorada de los dientes de leche y las pompas de jabón.
De mi casa del árbol y de los dentríficos sabor cereza.
Me detengo cuando los pienso y sonrío y salto.
¡Las campamochas! ¡Los avioncitos de papel!
Las guitarras pequeñas de madera de caoba,
los colchoncillos que se usan para la humedad
y cuando graniza desmedidamente.
Estoy enamorada de las excursiones,
las aventuras con amigos.
De las combis de colores
de mis dibujos con puertas.
Me enamoré una vez de un muchacho
ahora estoy enamorada de su ausencia y su salud.
De las películas de Dysney,
de mi casa en la montaña,
de cruzar los puentes colgantes
y cabalgar sin silla.
Me enamoré de hogares ajenos,
ahora solo espero el mío.
Estoy enamorada de la noche,
estoy enamorada del diablo y el color rojo.
Las desgracias, la juventud.
Estoy enamorada del aire fresco,
de gastar todo mi dinero en paletas y helado.
¡Me chupo los labios con mi lengua colorada!
Estoy enamorada de jugar a la mamá sin hijos,
a la iglesia siendo atea,
a que tengo más "chichis",
a que nome ymporta la hortográfia niloz asentos.
De la rebeldía estudiantil
y los amantes fugaces.
Estoy enamorada de la gente agradecida
y de la malagradecida.
Estoy enamoradísima de los cigarros de chocolate
y los panditas,
de los manteles con florecitas bien pequeñas,
y de aventar bolas de papel con saliva por un popote.
Estoy enamorada de dar puñetazos en las panzas aguadas,
y de las cosquillitas suaves en la espalda.
De tener más de 20 y poder admirar a las catarinas
y dar marometas torpes,
de caer y reir y luego llorar.
De rascarme la pompi cuando nadie me ve.
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