Powered By Blogger

martes, 24 de julio de 2012

Narciso negro.


Ella habló: Estúpido, estúpido, estúpido. ¿Tú crees que no me he dado cuenta?
El no dijo nada.
Ella habló: ¡Me ves todo el tiempo como imbécil, quedándote callado, tambaleándote y parado como un pedazo de estiércol!
El no dijo nada.
Ella habló: ¡Y nunca contestas a nada de lo que te digo! ¡Parece que estás sordo! ¡Y te quiero abrazar y te pones rígido y te escondes!
El no dijo nada.
Ella gritó: ¡Tus malditas manos que no me tocan! Y me pongo enfrente de ti, desnuda, para ver si así se te antoja… ¡Maldito descarado!
El no gritó nada.
Ella habló: ¿Para qué te tengo entonces, si no puedo hablar contigo? ¿Para qué te despierto todas las mañanas y te hago el desayuno si no me haces el amor? ¿Para qué chingados te traje a mi casa a vivir conmigo?
El no dijo nada.
Ella dijo: Contéstame… ¡Ves! ¡No hablas! ¡Y cuando se te pega la gana y hablas, nada más empiezas a cantar con tu voz de caballo, y a decir palabrerías!
El no habló.
Ella se tiró al suelo.
Habló asustada: ¿Ya te fuiste?
El no dijo nada.
Ella suspiró: Ya vi tu cabeza. No te has ido. –Ella aliviada- Me alegra…discúlpame, he sido muy exagerada…No te vayas.

El espejo siguió sin decir nada.

jueves, 19 de julio de 2012

Bicós i love you


Me caí sentada
y i love you
tropecé con carcoles en tu jardín
me picaron abejas del panal de tu techo
y i love you
me mientes tanto
y i love you
me dices poco
y i love you
no matter what te quiero.
no matter mis viajes
no matter tus males
no matter el cielo
no importa que estemos locos
no importa que he de partir
bicós i love you

COCO

Se han topado queriendo agarrarlo todo
agarrando vientos
agarrando lodo
desgarrando lento
permitiendo todo

Se han pensado abrazando a un loco
abrazando mucho
abrazando poco
desgarrando, siento
permitiendo, toco

Se han sentido coloreando un moco
coloreando blue
coloreando rojo
desgarrando el sueño
y comiendo coco.

Quisiera ser navaja parlante
para cortarte la barba y los oidos
al mismo instante
instante furioso
lleno de rabia
instante que pesa
como un pez gigante

martes, 17 de julio de 2012

Otoñal


No te encuentro y tengo sueño. Aún ahí te seguiré buscando, aún en los sueños de otros o de pinturas abstractas. Te seguiré buscando porque quiero ver el fondo del río, y quiero ver si se nadar. No importa si soy yo la que sueña o la que es soñada, me siento luminosa y un poco otoñal.

Me obligo yo sola a este proceso de caminos tenebrosos con variantes agridulces y picantes. Voy hablando conmigo misma para ver si sigo viva, para ver si todavía se puede y para saber cuando ya no.
Siempre presente, la opción de prenderle fuego a esta casa y así, si esto es un sueño, ardemos los dos. 

Río rojo.


Un arrebato de desesperación, de soledad, de demasiada calma, la hizo tomar un cuchillo y empezar a despellejarse las mejillas y la frente. Se colocó en la parte más alta del cuarto.
 -Un trapo arrastrado por un viento denso. Parecía. Aparecía. Desaparecía.-
Ni en la cama ni en la silla, sino en el librero, se colocó en cuclillas.
La sangre le escurría como llanto o como lluvia, y sus manos llenas de angustia se frotaban el rostro con firmeza, con furia, con fuego.
Nadie llegaría a ese lugar nunca más, era un hecho. Nadie tocaría esa sangre ni vería la cascada oscura y hermosa que corría por los libros.
-Los recovecos le daban forma al río rojo.-
Tanto color y ella tan gris por dentro. Tanto amor y ella odiándolo todo. Y odiaba sus ropas y se las quitó; y odiaba su pelo y se lo arrancó; odiaba su boca y se la cosió, pero más que nada, odiaba su culpa… y se perdonó.

jueves, 5 de julio de 2012

Hierba y jazmín


Se acostó con los demás en el pasto verde y recién cortado del jardín de su escuela, en un punto cómodo y alcochonado del círculo.
Atenta, escuchó lo que todos tenían que decir. Les comentó alegremente su opinión hacia ese tema frustrante y desdichado para los otros. Se asombraron y después sus rostros se unieron a las sonrisas. Comenzaron todos a reír. Ella veía como el sol los aplastaba suavemente, casi como una caricia que le llegó también con el viento. El olor a hierba y jazmín se le metía por los codos, su respiración era tranquila y profunda, sentía sus palpitaciones por todo el cuerpo y no había señales de lluvia. El perro vagabundo se acercó a su lado e imitó su posición de rana voca arriba. Las nubes se veían realmente blancas y el cielo era el fondo perfecto para las copas de los árboles. Se quedaron callados todos por un segundo, apreciendo en silencio lo mismo que ella.
Se quiso quedar ahí para siempre y le dijo al mundo: <<En este momento soy verdaderamente feliz>>.

Reíos si queréis


Yo elijo que camino tomar para llegar a casa.
Elijo si lavarme los dientes o no.
Elijo si me aguanto la pipí hasta mi baño.
O elijo si arranco una flor.

Yo elijo si voy por la calle sonriendo o cerrando los ojos.
Elijo esperar para comer mejor.
Elijo si me tomo un té o una pastilla.
Y te elijo a ti, mi amor.