Qué extraño es (no) saber tanto. Pero aún estamos en octubre
aunque (no) se sienten las hojas quebrándose bajo mi espalda. Mal momento para
que (no) estés a mi lado. Mal momento para quedarte doblado en la sombra.
Me siento como un cachorro perdido en un bosque sin hojas de
otoño. La memoria (no) respira. Yo estoy fuera, agitándome, explicándote
demasiado tarde que mi pesadilla es desgarrarme en este público que (no) juzga.
Qué extraño es creer que (no) sé mucho de mí. Pero siento
los pies helados y las axilas calientes. Abajo parece todo más tranquilo. Aún
así, tú y yo estamos arriba en bicicletas distintas. Mal momento para pedir
atenciones. Momento peligroso donde el polvo rojizo de tu barba (no) raspa mi
frente.
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