Son remedios terrenales los que yo necesito, son puntillas más
filosas, son experimentos con los ojos, son ruedas y distancia, son cortinas
transparentes, son guantes de terciopelo y poder pagarle al sol, son inviernos
y tocar la nieve, son orejas recién horneadas, son pulmones sin humo, son
puñados de cosas picantes y atrevidas, son lentes y oscuridad, son palabras,
son polvos y especias, son adornos de la selva, son danzas y teatro, es el
arrullo de los pájaros, es continuar como serpiente dejando una suave y
constante marca en las arenas del desierto.
¿Para qué otra cosa los dioses me enviarían la juventud, si
no es para intentar conseguir pagarle al sol y tocar la nieve, o descubrir
palabras y danzar en la distancia?
Remedios terrenales que se van remediando cada día…
Son textos más afilados, los que necesito; voces más truncas, reverberaciones más estancadas, como agua.
ResponderEliminarY, por supuesto, orejas recién horneadas...
Me encantó el texto, Indra. Abrazote.
Josué.